26/07/2022 – Jesús María Aranaz, catedrático de Ciencias de la Salud, Jefe de Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Universitario Ramón y Cajal y director del Máster en Gestión de Seguridad Clínica del Paciente de UNIR, habla sobre la formación de los profesionales sanitarios en seguridad del paciente, una cuestión clave en el presente y el futuro del sistema sanitario.
La cultura de la seguridad en el mundo sanitario, un sistema de protección a los pacientes y a quienes curan y cuidan, afronta un futuro más organizado desde que en las últimas décadas, y especialmente con la pandemia, la conciencia en torno a esta disciplina le otorga el valor que merece.
Evitar riesgos y minimizar daños se revela así como un aspecto fundamental en salud, especialmente desde que, paradójicamente, la ciencia se sofistica y encuentra mejores métodos y remedios, pero también conlleva más riesgos.
¿Cuál es la realidad de la formación en seguridad del paciente en España?
Francamente, muy mejorable. Podemos decir que la universidad no mira a la sociedad, ni tan siquiera a las necesidades expresadas por organizaciones profesionales. De hecho, si revisamos el programa de medicina, que incluye 37 competencias generales y 159 específicas, tan sólo una, la competencia específica 52, contempla la evaluación de la calidad asistencial y la seguridad del paciente. La enseñanza de esta materia en los grados de Ciencias de la Salud es testimonial, y siempre vinculada al interés particular que pueda tener algún profesor, casi siempre vinculado al Departamento de Salud Pública.
Apreciamos una extraordinaria disonancia con las necesidades expresadas por las organizaciones profesionales. El proyecto de profesionalismo médico (MPP) fue una empresa conjunta entre la Junta Estadounidense de Medicina Interna/Colegio Estadounidense de Médicos – Sociedad Estadounidense de Medicina Interna y la Federación Europea de Medicina Interna (ABIM/ACP-ASIM y EFIM). El grupo de trabajo estuvo compuesto por seis miembros de cada organización que se reunieron periódicamente entre 1999 y 2001 para formular el Physician’s Charter.
El resultado fue publicado conjuntamente en tres revistas de alto impacto, Annals of Internal Medicine, The Lancet y European Journal of Internal Medicine, con el título: “Profesionalismo médico en el nuevo milenio: una carta del médico”. Cuando manifiesta las cualidades que ha de tener el médico del tercer milenio, las resume en: competencia profesional, es decir, saber y saber hacer (conocimientos y habilidades); honestidad en el ejercicio profesional; garantía de confidencialidad en todo momento, y compromiso con la calidad asistencial y con la Seguridad del paciente[1], [2], [3], [4], [5].
La pregunta es: ¿cómo se puede estar comprometido (actitud) en algo que no ha sido contemplado entre las competencias profesionales que otorga la universidad? Habría que tener en cuenta que la seguridad del trabajador de la salud y la seguridad del paciente son dominios de práctica inseparablemente interconectados. No en vano, el riesgo de la práctica clínica es bidireccional.
Además, una serie de factores ha impedido hasta ahora la educación sobre la seguridad del paciente. Entre ellos, la falta de familiaridad de los educadores o formadores con la enseñanza de la seguridad del paciente como una nueva área de conocimiento y aprendizaje, la renuencia de las instituciones académicas a enseñar conocimientos fuera de las disciplinas clínicas a los estudiantes de ciencias de la salud, así como el fracaso de la educación para seguir el ritmo de los avances tecnológicos y del sistema para una atención segura.
Desde que apareciera la Alianza Mundial por la Seguridad del Paciente de la OMS hace 18 años, ¿cómo ha cambiado la seguridad del paciente en estos años?
Han pasado 20 años desde que la 55.ª Asamblea Mundial de la Salud adoptara una resolución, instando a los Estados miembros a prestar la mayor atención posible al problema de la seguridad del paciente y a establecer y fortalecer los sistemas basados en la evidencia para mejorar la seguridad del paciente y la calidad de la atención médica[6].
En octubre de 2004 se estrenó la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente como una asociación de trabajo entre la OMS y expertos externos, líderes de atención médica y organismos profesionales. Esta iniciativa fue un paso muy importante en la lucha por mejorar la seguridad de la atención sanitaria en todos los Estados miembros. Trabajando en asociación con la OMS, la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente asumió este papel y rápidamente se inició un ambicioso programa de trabajo, ampliamente respaldado,[7] que podemos sintetizar en tres grandes desafíos:
El primer desafío mundial por la seguridad del paciente tuvo que ver, en 2005, con las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria: “Una atención limpia es una atención más segura”[8]. Este tema se convirtió en un elemento clave de los primeros trabajos de la OMS, al que siguió dos años más tarde el segundo desafío mundial por la seguridad del paciente: “La cirugía segura salva vidas”[9]. Ambos retos globales tenían como objetivo obtener un compromiso mundial y generar acciones para reducir las infecciones y los riesgos asociados a la atención de la salud.
En 2017 aparece el tercer desafío: “Reducir los daños causados por los medicamentos”. Pretende subsanar las deficiencias en los sistemas de salud que llevan a errores de medicación y, como consecuencia de ellos, a daños graves. En la iniciativa se establece cómo mejorar la prescripción, distribución y consumo de los medicamentos, y se llama la atención de los pacientes sobre los riesgos asociados a un uso inapropiado de estos[10].
La última aportación de esta etapa es el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, establecido por la Asamblea Mundial de la Salud en 2019. Se celebra el 17 de septiembre de cada año para dar a conocer este tema en todo el mundo, fomentar la colaboración de la población para que la atención de salud sea más segura y promover las acciones mundiales encaminadas a prevenir y reducir los daños causados a los usuarios. Cada año se selecciona un tema distinto para destacar un aspecto prioritario de la seguridad del paciente en torno al cual se necesita actuar para que la asistencia de salud no cause daños evitables y para alcanzar la cobertura sanitaria internacional[11].
¿Hay margen de mejora en la seguridad del paciente?
Sin duda, como decía Cyril Chantler, la medicina en el pasado solía ser simple, poco efectiva, pero relativamente segura. Hoy en día es compleja, muy efectiva, pero potencialmente peligrosa para los pacientes[12]. De hecho, la carga de la (in)seguridad del paciente sigue ofreciendo cifras de vértigo. En el terreno sanitario, cabe esperar que un 10% de pacientes sufra un evento adverso (EA) cuando reciba asistencia en el hospital[13], y que se produzcan alrededor de 134 millones de EA al año, que provocarán 2,6 millones de muertes (el 60% en países con ingresos bajos y medios)[14], [15]. Como novedad, se ha observado que la mitad de la carga mundial de morbilidad derivada del daño al paciente se origina en la Atención Primaria[16].
El coste social de los eventos adversos asociados a la asistencia sanitaria varía entre 1 y 2 billones de dólares por año, y en los países de altos ingresos, el 15% del gasto hospitalario se puede atribuir a fallos en la seguridad. Por ejemplo, el Servicio Nacional de Salud británico pagó 1.630 millones de libras esterlinas en costes de litigios relacionados con fallos en la seguridad del paciente entre 2017 y 2018[17]. Un enfoque de capital humano sugiere que eliminar el daño podría impulsar el crecimiento económico mundial en más de un 0,7 % anual[18].
¿Cómo se proyecta la seguridad del paciente para la próxima década?
La 74ª Asamblea Mundial de la Salud puso en marcha en mayo de 2021 la «Acción mundial sobre la seguridad del paciente: 2021-2030» para priorizar la seguridad del paciente como paso fundamental en la construcción, diseño, funcionamiento y evaluación del rendimiento de los sistemas sanitarios a nivel mundial[19].
El Plan de Acción Mundial para la Seguridad del Paciente 2021-2030 (PAMSP)[20] proporciona la orientación necesaria para que los gobiernos de los países, las organizaciones y asociaciones, los centros sanitarios y la secretaría de la OMS puedan poner en marcha dicha resolución en ese marco temporal[21]. El plan está estructurado en siete objetivos estratégicos, con cinco acciones por objetivo:
- Objetivo 1: Políticas para eliminar el daño evitable en la atención médica.
- Objetivo 2: Sistemas de alta confiabilidad.
- Objetivo 3: Seguridad de los procesos clínicos.
- Objetivo 4: Involucrar al paciente y su familia.
- Objetivo 5: Educación, habilidades y seguridad de los trabajadores de la salud.
- Objetivo 6: Información, investigación y gestión de riesgos.
- Objetivo 7: Sinergias, solidaridad y alianzas multisectoriales.
Aporta una definición de seguridad del paciente novedosa y acorde a los avances logrados en estas dos décadas previas, introduciendo el término de cultura de seguridad en el cuerpo de la definición: “La seguridad del paciente en las organizaciones sanitarias se entiende como un conjunto de actividades coordinadas que facilitan una cultura y unos comportamientos seguros entre los profesionales y que se apoya en unas tecnologías y entornos en los que se aplican procedimientos que disminuyen los riesgos de forma constante y sostenible, reduciendo daños evitables y haciendo menos probable el error. Y en caso de que este se produzca, los sistemas estarán preparados para disminuir también el impacto del daño”.
También introduce propuestas muy sugerentes en el objetivo 5 que invitan a un análisis más detallado y a una reflexión sosegada.
¿Qué es exactamente la “cultura de la seguridad” en las organizaciones sanitarias?
Una definición informal de cultura es “la forma en que hacemos las cosas aquí, cuando nadie está mirando”. Una definición más académica sería: “Un patrón integrado de comportamiento individual y organizativo, basado en creencias y valores compartidos, que busca reducir al mínimo el daño que podría sufrir el paciente como consecuencia de la atención sanitaria”. Implica por tanto a los profesionales, a los pacientes, pero también a la organización concreta y al sistema general en que se enmarca, y sus tres elementos nucleares son la formación, la información y la comunicación, con un nexo que los une: el lenguaje oral y no verbal.
En consecuencia, la cultura no debe ser reactiva ni culpabilizadora, sino más bien proactiva y responsable. Para ello se ha adoptado el término de “cultura justa”, aquella que reconoce la complejidad de las situaciones y que, si bien la mayoría de los fallos en la seguridad del paciente son el resultado de sistemas débiles, hay una minoría de situaciones en las que un individuo debe rendir cuentas como, por ejemplo, cuando ha habido un comportamiento imprudente o mala conducta intencional.
¿Qué aporta el Plan de Acción Mundial de Seguridad del Paciente 2021-2030 a la formación de los profesionales sanitarios?
El objetivo estratégico 5, sobre la educación, las habilidades y la seguridad de los trabajadores de la salud, se plantea inspirar, educar, capacitar y proteger a los profesionales para que contribuyan al diseño y la prestación de sistemas de atención seguros. Esto implica la necesidad de extender la formación en seguridad del paciente a los grados de Ciencias de la Salud, a los posgrados, a la formación especializada de médicos (MIR), enfermeros (EIR), químicos (QIR), biólogos (BIR), psicólogos (PIR) y físicos (FIR), y, por supuesto, a la formación continuada. Para alcanzar esta meta, hay que avanzar en cinco estrategias:
- Estrategia 1: Incorporar la seguridad del paciente en los planes de estudios de pregrado y posgrado de los profesionales de la salud y en el desarrollo profesional continuo, con especial énfasis en el aprendizaje interprofesional.
- Estrategia 2: Identificar y establecer colaboraciones con centros de excelencia en educación y formación en seguridad del paciente.
- Estrategia 3: Asegurar que las competencias básicas de seguridad del paciente sean parte de los requisitos reglamentarios para los profesionales de la salud.
- Estrategia 4: Vincular el compromiso con la seguridad del paciente y con los sistemas de evaluación de profesionales y gestores sanitarios.
- Estrategia 5: Diseñar entornos y prácticas de atención para proporcionar condiciones de trabajo seguras para todo el personal.
Referencias:
[1] Profesionalismo Médico. [Consultado el 1 de junio de 2022] Disponible en: https://efim.org/medical-professionalism.
[2] European Federation of Internal Medicine. Medical Professionalism in the New Milenium: A Physician Charter. Ann Intern Med 2002;136(3):243-6. [Consultado el 1 de junio de 2022] Disponible en: https://efim.org/system/files/article_a_physicians_charter_pub_2002.pdf.
[3] Christopher Davidson. Charter on Medical Professionalism Where do we go from here? European Journal of Internal Medicine 13 (2002) 153. [Consultado el 1 de junio de 2022] Disponible en: https://efim.org/system/files/ejim_mpp_editorial_where_do_we_go_from_here_pub_2002.pdf
[4] Breen K. Charter on medical professionalism. Medical professionalism in the new millennium: a physicians’ charter. Lancet 2002;359:520–2. [Consultado el 1 de junio de 2022] Disponible en: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(02)08809-8/fulltext
[5] Cohen JJ; Cruess S; Davidson Ch. Alliance Between Society and Medicine. The Public’s Stake in Medical Professionalism. JAMA, August 8, 2007—Vol 298, No. 6 (Reprinted). [Consultado el 1 de junio de 2022] Disponible en: https://efim.org/system/files/alliance_paper_pub_2007.pdf
[6] Organización Mundial de la Salud. Resolución WHA55.18 de mayo de 2002. [Consultado el 03 de junio de 2022] Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/258955/WHA55-2002-REC-1-spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y.
[7] Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente: programa avanzado. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2004. [Consultado el 30 de mayo de 2022] Disponible en: https://www.sspa.juntadeandalucia.es/agenciadecalidadsanitaria/observatorioseguridadpaciente/gestor/sites/PortalObservatorio/es/galerias/descargas/Alianza_Mundial_por_la_Seguridad_del_Paciente._Programa_2006_2007.pdf
[8] Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente: reto mundial por la seguridad del paciente: “Una atención limpia es una atención más segura” 2005-2006. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: https://seguridaddelpaciente.es/resources/documentos/retomundialproseguridadpaciente.pdf
[9] Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente: segundo reto mundial por la seguridad del paciente: “Cirugía segura salva vidas” 2008. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: file:///C:/Users/17193216A/Downloads/WHO_IER_PSP_2008.07_spa.pdf
[10] Medication Without Harm – Global Patient Safety Challenge on Medication Safety. Geneva: World Health Organization, 2017. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/255263/WHO-HIS-SDS-2017.6-eng.pdf;jsessionid=D87790942051AC24E3278FF2A401B5CB?sequence=1
[11] OMS. Acción mundial en pro de la seguridad del paciente. resolución WHA72.6. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA72/A72_R6-sp.pdf.
[12] Chantler C. The role and educationa of doctors in the delivery of health care. Lancet 1999; 353: 1178-81.
[13] Slawomirski L, Auraaen A, Klazinga N. The economics of patient safety: strengthening a value-based approach to reducing patient harm at national level. OECD Health Working Papers No. 96. Paris: Organisation for Economic Co-operation and Development; 2017. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: https://doi.org/10.1787/5a9858cd-en.
[14] National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine; Health and Medicine Division; Board on Health Care Services; Board on Global Health; Committee on Improving the Quality of Health Care Globally. Crossing the global quality chasm: improving health care worldwide. Washington (DC): National Academies Press; 2018. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: https://doi.org/10.17226/25152.
[15] Kruk ME, Gage AD, Arsenault C, Jordan K, Leslie HH, Roder-DeWan S et al. High-quality health systems in the Sustainable Development Goals era: time for a revolution. Lancet Glob Health. 2018;6(11):e1196-e1252. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: https://doi.org/10.1016/S2214-109X(18)30386-3.
[16] Woods D, Thomas EJ, Holl JL, Weiss KB, Brennan TA. Ambulatory care adverse events and preventable adverse events leading to a hospital admission. Qual Saf Health Care. 2007;16:127–31. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1136/qshc.2006.021147.
[17] NHS Resolution presses ahead with mediation as litigation decreases but claims costs continue to rise. London: NHS Resolution; 12th July 2018. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: https://resolution.nhs.uk/2018/07/12/nhs-resolution-presses-ahead-with-mediation-as-litigation-decreases-but-claims-costs-continue-to-rise/.
[18] Slawomirski L, Klazinga N. Economics of patient safety: from analysis to action. Paris: Organisation for Economic Cooperation and Development; 2020. [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: https://www.oecd.org/health/health-systems/Economics-of-Patient-Safety-October-2020.pdf.
[19] Organización Mundial de la Salud. Documentos técnicos de la 74 Asamblea Mundial de la Salud. Ginebra. Organización Mundial de la Salud. [Consultado el 30 de mayo de 2022] Disponible en: https://apps.who.int/gb/s/s_wha74.html.
[20] Global Patient Safety Action Plan 2021-2030: towards eliminating avoidable harm in health care World Health Organization, Geneva (2021). [Consultado el 30 de mayo de 2022]. Disponible en: https://apps.who.int/iris/rest/bitstreams/1360307/retrieve
[21] María Pilar Astier-Peña; Viviana Martínez-Bianchi; María LuisaTorijano-Casalengua; Sara Ares-Blanco; José-Miguel Bueno-Ortiz; María Férnandez-García. El Plan de acción mundial para la seguridad del paciente 2021-2030: identificando acciones para una atención primaria más segura. Atención Primaria 53 (2021) 102224. https://doi.org/10.1016/j.aprim.2021.102224.