30/06/2025.- La Cátedra de Gestión Innovadora para la Salud, impulsada por la Fundación Economía y Salud, inicia su andadura para enfrentar los grandes retos del sector sanitario. Un espacio académico, estratégico y práctico para repensar los sistemas sanitarios, que se inspira en casos y modelos de éxito internacional para generar soluciones adaptadas a los contextos locales, con una premisa clara: innovar para humanizar y transformar.
Desde esta premisa, la Cátedra abarca diez áreas de enfoque en las que profundizamos a través de esta serie de publicaciones titulada “La Cátedra GIS-FES a fondo”.
En este tercer capítulo, conocemos el Área 5. Coordinación entre servicios sociales y sanitarias, cuyo responsable es José Ignacio Nieto García, ex-Consejero de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de La Rioja (2006-2015) y miembro del Comité Científico de la Fundación Economía y Salud. Ha ocupado cargos en la Subdirección General de Atención Social Primaria en la Consejería de Políticas Sociales de La Rioja y en el Área de Planificación en la Secretaría General Técnica de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
La coordinación entre servicios sociales y sanitarios: herramienta esencial para hacer realidad la atención sociosanitaria
La coordinación entre los servicios sociales y sanitarios cobra especial relevancia para hacer posible y efectiva la denominada “atención sociosanitaria”, tal como se recoge en el artículo 14 de la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, recientemente modificado por la Ley 3/2024.
La atención sociosanitaria comprende el conjunto de cuidados dirigidos a personas con enfermedades que, por su evolución, generan dependencia o discapacidad —en su mayoría, pacientes crónicos— y que, por sus características, pueden beneficiarse de una atención integrada desde los sistemas sanitario y social. Esta coordinación permite mejorar su autonomía, paliar sus limitaciones o sufrimiento, y facilitar su reintegración social.
Cada vez hay más personas que requieren atención tanto por parte del sistema sanitario como de los servicios sociales, lo que hace imprescindible una atención coordinada y simultánea por parte de ambos sistemas, cuya garantía recae en las comunidades autónomas. Para ello, se han constituido órganos de coordinación sociosanitaria en el ámbito autonómico.
Así, se logra que estas personas (que también pueden ser consideradas pacientes) reciban atención sanitaria en condiciones óptimas de eficacia, con una atención directa y personalizada, y en los lugares más adecuados —que no tienen por qué ser los hospitales—, lo que contribuye a una mayor eficiencia del sistema.
El ámbito de esta atención comprenderá, como mínimo: los cuidados de larga duración, la atención sanitaria durante la convalecencia, la rehabilitación de pacientes con déficit funcional para favorecer su autonomía, los cuidados intermedios, las enfermedades crónicas complejas, de salud mental, enfermedades raras y aquellas de alta complejidad y curso irreversible, como por ejemplo la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), tal como recoge el marco jurídico mencionado.
Impacto de la atención sociosanitaria en la eficiencia y la sostenibilidad
Un planteamiento adecuado de la atención en salud, en coordinación con los servicios sociales, permitirá que ambos sistemas sean más eficientes y sostenibles, además de mejorar los resultados para los pacientes y beneficiarios.
Lo más importante son los beneficios en los resultados en salud y atención social, así como en la satisfacción de las personas con los servicios recibidos. Con una buena coordinación entre asistencia sanitaria y servicios sociales, se logran mejores resultados no solo para las personas, sino también para sus familias, su entorno y, en última instancia, para toda la sociedad.
Todo ello no solo contribuye a la sostenibilidad de ambos sistemas (sanitario y social), sino que además mejora la seguridad de los pacientes, promueve la continuidad asistencial y refuerza la calidad de la atención recibida.
En la práctica, no resulta adecuado ni funcional mantener hospitales de agudos ocupados por pacientes convalecientes o con enfermedades crónicas, o prolongar su estancia por motivos sociales, lo cual limita la disponibilidad de recursos para atender problemas agudos. Muchos de estos pacientes podrían ser atendidos en su domicilio, en residencias o en centros sociales cuando estos sean su lugar de vida habitual, recibiendo una atención adaptada a sus necesidades, con mayor confort para ellos y sus familias, en su entorno habitual y a un coste más sostenible para el sistema, garantizando la cobertura de todas sus necesidades.
Avances y logros significativos de la coordinación social y sanitaria
Hace más de 20 años se definió la atención sociosanitaria y la necesidad de coordinar los servicios sanitarios y sociales para llevarla a cabo. La pandemia de COVID-19 en 2020 puso de manifiesto con claridad esta necesidad, aunque ciertas opiniones interesadas y manipulaciones han dificultado avances en esta materia.
Es cierto que se han producido progresos y se están llevando a cabo experiencias muy interesantes, tanto por los resultados en la atención como por su sostenibilidad económica. Sin embargo, estos avances no se han generalizado, sino que corresponden a proyectos concretos o experiencias puntuales de coordinación en determinados centros sanitarios y sociales.
El desarrollo y uso de herramientas de salud digital, la telemedicina y otras tecnologías, así como la implantación de una nueva cultura entre los profesionales de ambos sistemas, están generando una mayor concienciación sobre la importancia de una coordinación clara, segura y continua en la atención integral al paciente. No obstante, para su implantación efectiva es imprescindible un apoyo institucional y estratégico que garantice su desarrollo y efectividad.
Retos y oportunidades del área a nivel nacional e internacional
Uno de los principales problemas, tanto a nivel nacional como internacional, es la falta de claridad terminológica. La terminología utilizada en este ámbito es muy variada, ambigua y a menudo imprecisa.
Como ya se ha señalado, en España el término “sociosanitario” se emplea con significados diversos y no siempre con un criterio uniforme. En el contexto internacional y europeo ocurre algo similar: resulta difícil encontrar una definición inequívoca de atención sociosanitaria y de coordinación entre servicios sociales y sanitarios. Se tiende a equiparar este concepto con cuidados de larga duración, atención a la cronicidad o situaciones de dependencia. Si bien todos estos elementos están relacionados, no son equivalentes.
El sistema sanitario debe continuar prestando asistencia sanitaria como función principal, ya que para ello fue creado y es lo que mejor sabe hacer. Por su parte, el sistema de servicios sociales debe ocuparse de gestionar y atender adecuadamente las necesidades sociales de los pacientes y de la población.
El gran reto es garantizar una atención coordinada, oportuna y basada en información compartida, que cubra de forma eficaz tanto las necesidades sanitarias como sociales de la población.
Debemos aprovechar las nuevas tecnologías de la información, los recursos técnicos disponibles, la implicación de los profesionales de ambos sistemas y las experiencias exitosas ya implementadas, que han demostrado su eficacia, para avanzar en la implantación de una coordinación efectiva y extender la atención sociosanitaria en España y en otros países europeos.
Finalmente, a nuestro juicio este tema no debe abordarse desde una dicotomía entre lo público y lo privado. Las soluciones deben construirse desde el consenso y la colaboración entre ambos ámbitos, con una mirada común al bienestar de las personas y a la sostenibilidad del sistema.