02/10/2025.- La Cátedra de Gestión Innovadora para la Salud, impulsada por la Fundación Economía y Salud, inicia su andadura para enfrentar los grandes retos del sector sanitario. Un espacio académico, estratégico y práctico para repensar los sistemas sanitarios, que se inspira en casos y modelos de éxito internacional para generar soluciones adaptadas a los contextos locales, con una premisa clara: innovar para humanizar y transformar.
Desde esta premisa, la Cátedra abarca diez áreas de enfoque en las que profundizamos a través de esta serie de publicaciones titulada «La Cátedra GIS-FES a fondo».
En este cuarto capítulo, conocemos el Área 8. Sostenibilidad y eficiencia en la gestión de recursos sanitarios», cuyo responsable es David Cantarero, catedrático de Economía de la Salud en la Universidad de Cantabria (UC), junto a su colaboradora Paloma Lanza, profesora de Economía en la misma Universidad.
Sostenibilidad económica: la única garantía de futuro
La sostenibilidad y la eficiencia son esenciales para garantizar el futuro de los sistemas sanitarios y el bienestar de la sociedad. En España, el Sistema Nacional de Salud se enfrenta a desafíos crecientes, como el envejecimiento poblacional, el aumento de enfermedades crónicas y la necesidad de incorporar constantes avances tecnológicos, los cuales ponen presión sobre el modelo actual. Si no se encuentran soluciones sostenibles, incluso los principios de universalidad y equidad que caracterizan a la sanidad española podrían verse comprometidos.
Así, la relevancia de esta área trasciende lo económico. Una gestión sanitaria ineficiente impacta directamente en la salud de la población y en la calidad de la atención que reciben los ciudadanos. Lograr un sistema de salud sostenible y eficiente es crucial para mantener su viabilidad financiera, reducir su impacto ecológico y asegurar que siga cumpliendo su función social de proteger la salud pública ahora y en el futuro.
Mirando al futuro, es previsible que las iniciativas de sostenibilidad y eficiencia tengan un impacto transformador en la forma de gestionar la salud. Un sistema sanitario que adopte prácticas innovadoras y sostenibles podrá liberar recursos económicos que hoy se pierden en ineficiencias, invirtiéndolos en mejorar los servicios asistenciales.
El papel clave de la gestión financiera en el sistema sanitario
En la actualidad, la búsqueda de sostenibilidad y eficiencia guía muchas de las políticas y estrategias sanitarias. Este enfoque juega un papel central para optimizar el uso de recursos y mejorar la calidad de la atención. Por ejemplo, España destina cerca del 7,5% de su PIB a sanidad, un porcentaje ligeramente inferior a la media europea, con un incremento eso sí en los últimos años de la parte del gasto más allá del sector público, canalizada de forma privada.
En cualquier caso, las autoridades reconocen que es imprescindible garantizar una financiación suficiente y sostenible que permita responder de forma razonablemente equitativa a las crecientes demandas del sistema. Esto supone implementar iniciativas para reforzar la inversión sanitaria y explorar mecanismos innovadores de financiación, asegurando al mismo tiempo que cada euro se utilice con la máxima eficiencia. Un área clave de actuación es el fortalecimiento de la atención primaria, considerada el eje del sistema.
Mejorar la prevención y el diagnóstico precoz logran reducir hospitalizaciones, lo cual mejora la eficiencia y sostenibilidad del sistema sanitario según recoge el Plan de Recuperación español.
De hecho, dentro de las reformas apoyadas por la Unión Europea, España ha priorizado el refuerzo de la atención primaria comunitaria precisamente para aumentar la eficiencia del modelo asistencial y su sostenibilidad a largo plazo, si bien los retos en cuanto a equidad e igualdad de acceso siguen pendientes.
Mirando al futuro, es previsible que las iniciativas de sostenibilidad y eficiencia tengan un impacto transformador en la forma de gestionar la salud. Un sistema sanitario que adopte prácticas sostenibles podrá liberar recursos económicos que hoy se pierden en ineficiencias, invirtiéndolos en mejorar servicios asistenciales.
Esto, junto con el uso de Big Data e Inteligencia Artificial para gestionar recursos, auguran un sistema más ágil y eficaz. Asimismo, un mayor énfasis en medicina preventiva y promoción de hábitos saludables puede disminuir la carga de enfermedad a largo plazo, redundando en sistemas más sostenibles y sociedades más sanas. En conjunto, el rol de la sostenibilidad y eficiencia se perfila como catalizador de la innovación en salud, garantizando que los sistemas sanitarios del mañana puedan brindar mejor atención con los recursos disponibles, manteniéndose financieramente sólidos y ambientalmente responsables.
Avances y logros significativos en sostenibilidad financiera
En los últimos años, uno de los hitos destacados ha sido la integración paulatina de la agenda medioambiental en las políticas sanitarias. Diferentes iniciativas europeas han lanzado iniciativas para medir la huella de carbono en sus sistemas nacionales de salud. España está entre los países que están cuantificando y afrontando el impacto climático de sus centros sanitarios.
A nivel de centros e instituciones sanitarias, ya existen ejemplos de buenas prácticas en sostenibilidad entre diferentes hospitales españoles por sus proyectos pioneros para reducir la huella de carbono y avanzar hacia emisiones neutras en 2050. Estas experiencias demuestran que el sector sanitario español ha comenzado a traducir la sostenibilidad en acciones concretas, desde instalar placas solares y sistemas de geotermia en hospitales para autoconsumo energético, hasta eliminar plásticos de un solo uso, impulsar la movilidad sostenible del personal o integrar criterios “verdes” en las compras y contratos.
Garantizar una financiación suficiente y sostenible es la vía para responder de forma equitativa a las crecientes demandas del sistema. Esto supone implementar iniciativas para reforzar la inversión sanitaria y explorar mecanismos innovadores de financiación, asegurando al mismo tiempo que cada euro se utilice con la máxima eficiencia.
Retos y oportunidades para una sanidad sostenible
A pesar de los logros, el camino hacia una sanidad plenamente sostenible y eficiente presenta retos importantes. Uno de los desafíos más acuciantes en el contexto español es el demográfico. España y los países de la Unión Europea presentan una destacada longevidad, comparado con otros países en el mundo. En nuestro caso, se espera que para 2050 cerca de un 30% de la población supere los 65 años. Este envejecimiento, junto con la cronificación de enfermedades, incrementará la demanda de cuidados de larga duración y tratamientos caros, poniendo a prueba la sostenibilidad financiera del sistema.
Asociado a ello está el desafío de mantener una financiación pública suficiente. A pesar de que el gasto sanitario deberá crecer para atender las nuevas necesidades, será imprescindible hacerlo de forma inteligente, priorizando las intervenciones de mayor valor y eliminando el despilfarro.
Otro frente son los retos tecnológicos y organizativos. La transición digital, a la vez que ofrece oportunidades, requiere inversiones significativas y capacitación del capital humano. A día de hoy, persisten brechas de interoperabilidad y conectividad en el sistema nacional de salud, así como resistencias al cambio en algunas organizaciones. Asimismo, la sostenibilidad del personal sanitario es crítica. La escasez de profesionales en ciertas especialidades o regiones puede mermar la eficiencia del sistema e incluso comprometer la calidad asistencial. Será necesario innovar también en la gestión de recursos humanos.
Por todo ello, es fundamental seguir investigando y desarrollando esta área de forma continua. La sostenibilidad, eficiencia y equidad en salud requieren un esfuerzo permanente en cuanto a la innovación en modelos de gestión, las políticas sanitarias basadas en evidencia y al desarrollo de nuevas tecnologías sanitarias sostenibles en un nuevo ecosistema





